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Metallica: un breve repaso a su trayectoria. Parte 3

by Lord Teoretic on Nov.22, 2009, under


Parte 3 : Discografía de Metallica desde el peor hasta el mejor álbum.

Para analizar su discografía será necesario hacerlo de una manera distinta y un tanto peculiar. Habrá que empezar por el menos brillante en su carrera hasta culminar con la obra maestra de la composición dentro del Heavy Metal renovado por Metallica mismo. Esto lo hago con el propósito de comprender más de cerca lo que acontece con Metallica desde la perspectiva musical y compositora que se ha expresado a través de cada una de sus canciones, de la manera en que sea, por parte de ellos mismo.

Pero antes será necesario analizar aquí dos discos esenciales en la carrera de la banda, pero que creativamente no nos dicen muchos, sin embargo, han servido para acrecentar la fama y la gloria de la banda, en tiempos actuales.

Primeramente, GARAGE INC., de 1998, sirvió como contra – respuesta a las malas reacciones de los fans por parte de los discos “Loads”. El valor de este disco es incomparable debido a que contiene covers, o versiones, que Metallica realizó como tributo a varias bandas que sirvieron de influencia para su sonido y género. Abarca la trayectoria musical de Metallica desde 1986 hasta el año 1999, o sea, trece años en los que Metallica no sólo ha creado una vertiente en la música, sino que también se ha mostrado como admiradora de elementos en su historia que los han llevado a ser a ellos mismos sus propias vertientes o raíces. Además, fue un disco que sirvió para mantener a Metallica en boca de los medios y de los fanáticos, para que no olvidaran a la banda, tras su estrepitoso fracaso musical y comercial que representaron los años 96 y 97. El disco es bueno para muchos y malos para otros, y para algunos más sólo un pretexto más para agregar ceros a sus cuentas; pero a pesar de todo, el disco contó con cierto éxito que supero, por lo menos, el anterior fracaso. Y por si fuera poco, hace recordar a los antiguos fans de Metallica, que a pesar de todo siguen siendo pesados, siguen siendo un sendero difícil de abandonar, a causa de sus propias influencias musicales. Mientras que a los fans más recientes los hace sentir un poco de la potencia que Metallica había abandonado durante sus años “fresas” o más suaves.

Por otro lado, se aventuraron nuevamente a realizar otro experimento que tenían en mente desde hace tiempo: tocar junto a una orquesta sinfónica, o como James expresó de una forma aún más correcta, que una orquesta sinfónica tocara con Metallica varios de los propios temas de la banda, para darles un sabor más rítmico, original y actual. Tales conciertos se llevaron a cabo los días 22 y 23 de abril de 1999, teniendo como director de orquesta a Michael Kamen, quien realizó los arreglos para las rolas elegidas tanto por el director como por la propia banda. El resultado fue “un encuentro entre ambos mundos”, mientras que muchos músicos clásicos profesionales parecían tocar junto a Metallica sólo por compromiso y a regañadientes, otros realmente disfrutaban del experimento. Dos días de un gran experimento exitoso (y uno más en Alemania, en donde se llevo otro concierto a cabo, con el mismo concepto, el 19 de noviembre del mismo año), en el que tocaron muchos éxitos de la banda, tanto del pasado como del presente inmediato en el que vivía la banda, en ese entonces. Temas como “Battery”, “Masters of Puppets”, “For Whom the Bell Tolls” (que es la mejor versión en vivo que he escuchado de esta canción), “One” (lo mismo que con la anterior rola, de las mejores del concierto y del disco), la hasta el momento inédita en vivo “The Call of Ktulu” (aunque yo hubiera preferido “Orion”) y “The Thing That Should Not Be” , todas ellas de sus años mozos y más pesados, llegaron a revestirse nuevamente con furia y destreza, mientras que magistralmente eran acompañados sus acordes con arreglos orquestales que les cuadraban a la perfección; la fiestera “Enter Sandman”, la pesada “Sad But True” y la muy coreada “Wherever I May Roam” también resultaron tener muy buenos efectos en el público y fans; mientras que la melosa y medio sangrona “Nothing Else Matters” parecía unir más a la banda y la orquesta, y “Of Wolf And Man” sonaba aún más pesada que en cualquier otra versión, todas ellas del disco negro; de los “Loads” se aventuraron a tocar, con muy buenos resultados “The Memory Remains”, muy coreada también, “Fuel”, muy explosiva, “Devil’s Dance” aún más pesada que la original, y la también inédita “The Outlaw Thorn”; pero otras rolas de los mismos discos del 96 y 97 sonaban algo aburridas y medio simplonas, como “Hero of the Day”, “Bleeding Me” y “Until it Sleeps”; y otras dos rolas, inéditas hasta entonces, que sonaban nuevamente a verdaderos aciertos o retornos a la potencia musical olvidada, pero con nuevos elementos melódicos fusionados con la orquesta sinfónica, tales rolas son “No Leaf Clover” y “- Human”. Para que nadie se perdiera de esta magno evento, Metallica sacó a la venta un disco doble del concierto y un video DVD del mismo para goce de los fans alrededor del mundo, teniendo por nombre, simple y sencillamente "S & M” (que significaría algo así como “Symphonic & Metal” o “Symphonica & Metallica”, debido a la “S” en clave de sol, y a la “M” picuda de los buenos momentos de Metallica). La banda realizó grandes esfuerzos por fusionar todos los elementos musicales que se habían desplegado en dichos conciertos, y aunque al final lograron su cometido, no faltó el estirado que no quiso participar festivamente junto a Metallica.

Después de este pequeño entremés, empecemos, ahora sí, por el peor disco de su vida. Siempre he pensado que un mal disco es aquel que contiene una o dos rolas medio buenas o pegadizas, y todas las demás, o por lo menos la mitad del disco, son de relleno. Pues así es LOAD, que vio la luz en el año 1996 y que suscitaba el regreso de un Metallica inmediatamente posterior al hito mundial en su larga carrera, el disco negro, lo que muchos esperaban del disco era el regreso de un Metallica maduro pero con elementos nuevos para un thrash más pesado y envolvente que lo ocurrido en los dos anteriores discos. Pero lo que ocurrió fue todo lo contrario. El disco esta plagado de canciones insípidas y de relleno, totalmente alejadas del Metal en general, y rayanas en lo hard, y en el rocanrolito gringo popero y de moda de aquellas fechas. El disco es, salvo dos o tres canciones (que para mi gusto son “King Nothing”, “The Outlaw Turn”, y en cierta forma “Ain’t My Bitch” y “The Hose Jack Built”), un insulto no sólo al Metal sino también a la capacidad de composición musical que, en su conjunto posee Metallica. Por ejemplo, “2X4”, ¿qué diablos significa esa canción? ¿O qué me dicen de las aburridas canciones de cuna de “Bleeding Me” y “Hero of The Day”? “Mama Said”, con todo y que está dedicada a su madre de James también es una canción para dormir. “Until Sleeps” no me sugiere nada, ni un solo sentimiento bueno, a pesar de que el video, y sólo él sea muy bueno. “cure”, “Poor Twisted Me” y “Wasting My Hate” son metal malísimo, o hard rock insípido, como para mandar al diablo a todos los integrantes de la banda. “ Thorn Within” es vulgar, y “Ronnie” es otra de esas historias, que sólo ellos mismos saben de qué va. En fin pura basura. Este disco, compuesto en su mayoría sólo por Hetfield y Ulrich, y contando con pequeñas colaboraciones de Kirk Hammet (sólo en los solos), dio como resultado la decepción de casi todos los fans, do ya de Metallica, sino del Heavy Metal en general a través de la banda. Las peores canciones, estilo grunge y punk que parecía más bien de una banda estilo Creed o Staind, Incluso las rolas que intentaron ser baladas con un estilo propio, sonaban como malas canciones de Eric Clapton. Por este disco muchos de los fans del Heavy Metal en general, también se la refrescamos, es decir, se la dedicamos, a la madrecita del James, y también a la de Lars.

Seguimos con otro álbum, igualmente no muy brillante, aunque no tan malo como el anterior. RIDE THE LIGHTNING, de 1984, significaba, para un ochentero Metallica, el acoplamiento y el encuentro del sonido característico que la banda llevo e incluso debió haber conservado (aunque con más o menos arreglos musicales). Este disco de 1984 no es realmente malo, lo que pasa es que se convirtió en olvidable principalmente por su sucesor. Además continúa poseyendo rolas de relleno, como “Trapped Under Ice”, “Escape”, la medio chafa “Fade to Black”, e incluso “For Whom The Bell Tolls” suena mejor en vivo que en el propio álbum de estudio. Cuatro canciones de las ocho que conforman este disco, las demás canciones son verdaderamente buenas, pero a mi juicio, el disco pasa desapercibido sólo porque la mitad de sus canciones no lo son tanto, ya que la composición del disco arrastraba al propio Mustaine, mientras que Hammet sólo aparecer en los créditos porque había realizado los solos. Aunque en todas las 8 se nota ya el germen de lo que Metallica quería ofrecer musicalmente de manera original, apartándose, es decir, adelantándose por mucho, no sólo de la categoría de thrash, sino de todo el rock y el metal que hasta entonces había. Por ejemplo “Fight Fire With Fire”, que es de las mejores y de mis favoritas, “Ride The Lightning” con la parte del solo que más me emociona de toda la rola, la obra maestra del metal extremo instrumental “The Call of Ktulu”, la punkarra y mitológica “Creepng Death”, que es la favorita de Phil Anselmo. Hay que destacar que, en una decisión bastante errónea desde mi gusto, la Metal Hammer consideró a este disco como el segundo mejor álbum de lo más pesado y extremo del underground, por encima del primer lugar ocupado por Slayer, debido a que era un disco seminal, más que el verdadero Metallica en todo su apogeo.

El siguiente en la lista es, aunque a mí no me guste, la continuación de su peor álbum, motivo por el cual también fue menospreciado, ya que arrastraba con la mala fama de su predecesor al par que simulaba ser una continuación del mismo, más que una verdadera recarga al género que en ese entonces Metallica inauguraba con mucha furia: el hard rock. RE-LOAD vio la luz en 1997, con una propuesta más pesada que el anterior álbum, motivo por el cual no salió como un “Disco 2” de la edición que planeaba sacar Metallica de éste álbum con el anterior en el 96, pero que por arreglos y nuevas composiciones tuvieron que ser independientes entre sí, aparentemente. El disco que aquí analizamos es bueno en muchos sentidos, y a pesar de todo no es malo, pero es mediocre también en muchos otros sentidos (incluso Megadeth, su banda rival, se aventuraba a editar un disco que sonaba a una copia al carbón de este álbum, sólo por querer igualarse con ella). Cuenta, eso sí, con las mejores rolas que hayan escrito Hetfield y Ulrich como dúo, y sólo eso, ya que las participaciones de Hammet y de Newsted se reducen al mínimo, y son más bien como colaboradores que como verdaderos compositores. Las rolas que aquí figuran son el fruto de años de conocerse entre Lars y James y son también la expresión más clara de su propia maduración como dúo, más que como un verdadero grupo. Algunos ejemplos son “The Memory Remains”, con el mejor video de Metallica en su historia y con la participación de Marianne Faithfull, buena para unos, mala para otros; “Devil’s Dance” contiene un buen heavy metal resonando “entre paréntesis”, o sea como que no quieriendo salir y siendo contenido sólo como una referencia pero dando señales de que siguen siendo pesados en su música; “Fixxxer” es como una especie de doom melódico, oscuro y mágico que culmina con la liberación o catarsis musical de los miembros; “Carpe Diem Baby” de las más emocionantes por se una de las canciones con más sentido y sentimiento de ésta álbum (motivo por el cual mi banda se iba llamar Carpe Diem, hasta que me ganaron el nombre) , “Where The Wild Things Are” otra rolas con guiños de verdadero metal y bastante épica fusionando lo acústico con loa distorsión de manera mejor lograda que el “Disco Negro”; “Fuel”, más hardrockera que metalera, pero de las favoritas del propio James, e incluso la mejor lograda “Low Man’s Lyric” con un sincero James cantándole a una mujer (pues eso es lo que yo supongo) que por favor, lo recuerde, ah no, que lo perdone. Todas las demás canciones son de relleno e incluso malas para el propósito de recargarse de buenas vibras y ritmos, del disco en cuestión (como “Unforgiven II”, que, a pesar de todo, es de las que más me gustan, al igual que “Better than You” que podríamos considerar como la segunda parte de “Holier than Thou” y mejor lograda que ésta; pero de las más chafas que tenemos están “Slither” y “Bad Seed” que debieron quedarse en el Load para tener de las mejores de aquél en este disco, además está “Prince Charming”, disfrutable, pero que se olvida rapidamente, y la que suena más bien a rola de anime o manga japonés, “Attitude”). Resulta que sus canciones son más pesadas que las del anterior, pero a la vez son más frágiles, ya que contaban con la desaprobación de los fans desde el disco anterior, motivo por el cual fueron más bien soslayadas. En realidad ese fue su problema, nadie le hizo verdadero caso a este disco (por eso se precipitaron en sacar el “Garage Inc.”, para que Metallica no fuera olvidado por el público debido al desinterés que produjeron Load y Reload consecutivamente). Cabe mencionar que yo conocí a Metallica por este disco, que además fue el primero que conseguí (tanto en cassette como en cd), de la banda, motivo por el cual le tengo un especial cariño.

El siguiente disco a tratar es otro de los discos que menos me gustan, sin embargo, merece este lugar ya que es el disco de mayor trascendencia comercial en toda su carrera discográfica. En 1991 surge METALLICA, mejor conocido como “Black Album”, o “El Disco Negro” en español, es otro mal disco para Metallica en sentido musical pues representa el abandono a medias de sus verdaderas raíces pesadas y underground del género Heavy Metal, motivo por el cual es un disco más bien mediocre, que se encuentra entre la delgada línea que separa al Hard Rock del Heavy Metal (los cuales, dicho sea de paso, son radicalmente distintos y nada tienen que ver el uno con el otro, excepto tal vez por el abandono de un género a otro, como es el caso de Metallica). Es el primero, además con el polémico y muy rock - popero Bob Rock, el cual los condujo de la mano hacia el estrellato popular en todo el mundo. Pero a pesar de lo malo en cuanto a lo musical se refiere, es un buen disco debido al éxito del acercamiento de fans de MTV que de la propia banda. A este disco se debe que haya fans del Hard Rock a través de alguna banda, como es el caso de Metallica. Este disco no es para fans de Metallica, es más bien un disco para fans del hard rock y de la época de los noventa que veía nacer a géneros bastante heterogéneos y simples como el grunge y el pop – rock, hasta el nuevo punk que escuchamos en nuestros días, con bandas que fueron el aborto directo de este disco. Contrario a lo que muchos puedan pensar al respecto, este disco también peca de tener rolas de relleno en el listado de canciones íntegro del mismo. Rolas como “Enter Sandman” o “Sad But True” e incluso “The God That Failed” o “Of Wolf and Man” que le daban a este disco variedad y poder entre lo pesado de su repertorio musical de Metallica, contratan con otras rolas menos brillantes y simplonas compuestas nada más y nada menos, que por el entonces inmaduro dúo metallico Hetfield y Ulrich. Así, desfilan ante nuestros oídos, y muy a nuestro pesar, rolas como “Holier Than Thou” (que ¿de qué diablos habla en realidad esta canción, cuál es su tema?), “Dont’ Tread On Me” (con un riff de flojera), “Through the Never” (igualmente con un tema lírico que sólo James sabe de que trata en verdad), “My Friend of Misery” (que de plano escuchas que empieza y le adelantas a la siguiente), y “The Struggle Within” (que lo único rescatable de esta rola es el solo de Hammet, aunque compuesto por Hetfield). Todas esas rolas fueron compuestas, adivinaron, por Hetfield y Ulrich, y muestran en efecto, lo poco que se conocen, para componer rolas, entre los dos; mientras que el disco entero muestra el total desconocimiento por Bob Rock de Metallca, ateniéndose a duras jornadas de grabación, con la insoportable presencia de Lars y con las mudas participaciones de Hammet y de Newsted, mientras que se acompañan de un Hetfield sumiso ante las ocurrencias del baterista. Hay otras rolas que de plano son sólo mediocres, es decir ni malas ni buenas, como "Nothing else Matters" (a la que odio con todo mi corazón por lo suave y ramplona que es, pero que, a pesar de todo, coreo y disfruto cuando la escucho), “The Unforgiven” y “Wherever I May Roam”. Dicen por ahí que “Enter Sandman” reinventó el metal, pero lo que en realidad ocurre es que fabricó el hard rock, y muy equivocadamente los gringos dieron por llamar a eso “metal”. Pero para mí la verdad, este disco suena, ahora, a viejo, muy pasado de moda, será por la producción o por la composición o por lo que sea, pero este disco suena a los 90 que deben quedarse en el olvido pues los 90 fueron años gobernados por las modas pasajeras, y este disco no se escapa de ello.

Pero después de lo malo, viene lo mejor. Y ahora nos quedan por ver los mejores discos, desde mi punto de vista, de Metallica.

Comenzando retrospectivamente, tenemos el disco más duro pero también el más confuso, ya que tanta dureza produjo un desequilibrio en el verdadero sonido y en la música y composición del grupo. Y ya en 1989 Metallica se sentía furioso, al expresarlo con su lanzamiento para ese año: ...AND JUSTICE FOR ALL es el disco enojado con todos y todo por la muerte de Cliff Burton, es el disco de la desesperación, del caos, de la muerte y del obscurecimiento de las vidas de los integrantes que restaban a la primer formación clásica de Metallica. Debido a que querían desahogarse de la muerte de su amigo, los tres elementos restantes sonaban tan duro y rápido, tan estrepitoso y poderoso, que no dieron oportunidad a que un nuevo y feliz integrante, Jason Newsted pudiera darnos cuenta de lo que estaba hecho, tal es el punto que incluso el bajo es dificilísimo de escuchar en este disco, debido a la furia de los otros integrantes. Con todo, este es primer disco que proclama a la furia como algo muy propio y característico de Metallica. De las nueve rolas de su listado, sólo una suena a relleno de pavo: “Eye of The Beholder”. Por otro lado, “One” es el número uno de las mejores rolas de este disco, seguida por la furiosa “Blackened”, la magistral “...And Justice For All”, mi favorita de este disco “Harvester of Sorrow”, y la última y más rabiosa “Dyers Eve”. El resto de las rolas son tan impresionantes que sofocan antes de darnos la oportunidad de saborearlas con gusto. “The Shortest Straw” suena a que hemos caído en un vórtice de confusión, o más comprensiblemente, a un baile de slam de un concierto de Metallica, del cual es imposible salir, y tenemos que soportar toda clase de golpes mientras pasan a “The Frayed Ens of Sanity” para quedar totalmente locos. Sin embargo, un poco de descanso de la madriza de su sonido lo encontramos con “To Live is To Die” en la que sí podemos saborear momento a momento cada una de las notas que conforman la canción. En cuestión de composición, nada nuevo bajo el sol, incluso Newsted sólo aparece en los créditos de una rola, mientras que Hammet solo le hace al segundo, o al extra que se queda en la banca. Este es, para concluir, uno de los mejores discos de Metallica, superado sólo por un sencillo pero muy importante y primordial elemento, el del espíritu de la colaboración.

Nuestro siguiente álbum a tratar es, a mi juicio, el más polémico, más incluso que el Disco Negro, ya que en él se conjugan un sinfín de acontecimientos que hicieron de su salida un contexto de expectativa y duda, debido a lo que le había ocurrido a la banda en las inmediaciones de su trayectoria. ST. ANGER, del 2003, supera a todos los demás discos sólo por el espíritu de colaboración de los cuatro elementos que en él jugaron un papel muy importante: Hetfield, Ulrich, Hammet y Bob Rock; necesaria era la participación de este último para facilitar su adiós de la trayectoria de Metallica (aunque sólo sea momentánea su salida, según la banda misma ha declarado). El contexto del disco no podía ser mejor y más interesante que el de otros discos. Mientras que en el Disco Negro la gente los apoyaba ciegamente, en éste los fans sólo rezaban por que Metallica no tuviera un desatino en su carrera. Mientras que en el “...And Justice...” la furia está totalmente reprimida, en este disco se encuentra exacerbada, aunque para bien, según James y compañía habían informado, además de que en el disco del 89 el bajista había sido reemplazado, en ST. ANGER el bajo corre a cargo que del productor del disco. A todo esto le agregamos la casi muerte y resurrección de la banda, la bronca con Napster, la solución de la bronca de la salida del igualmente soslayable Newsted, la bronca del alcoholismo de James, la bronca de la inaguantable presencia de Ulrich (bueno este es un problema que siempre ha aquejado y aquejará a Metallica, de eso estoy seguro), la bronca del psicólogo Phil Towle, el rompimiento y la posterior reconciliación, en cuestión de composición, por parte de Hetfield y Ulrich, con la iniciación o introducción cabal de Hammet en ese aspecto, y del apoyo incondicional de Bob Rock. En fin, puras broncas que, a pesar de su dificultad, fueron superadas por la banda. Gracias a este álbum nos damos cuenta que Bob Rock sólo trata de ayudar a y en la banda, no es el malo de la historia, sino sólo es un peldaño en la creación y en el desenvolvimiento de su propia trayectoria; nos damos cuenta además que sí había tenido mucho que ver en la composición desde el Disco Negro hasta éste, pero que lo hacía sólo para, o bien complacer positivamente a la banda, o bien para tratar de obtener un buen sonido y un buen álbum. Contrario a la que la mayoría pensó de este álbum, es en efecto, de los mejores en su trayectoria, pues significó (al igual que todos y cada uno de los discos de Metallica) un nuevo cambio de estilo musical que, créanme por favor, los reintroducía nuevamente en sus verdaderas raíces metaleras. Probablemente el disco no lo refleje, pero la actitud heavy ya está ahí queriendo salir, y en efecto, saliendo aunque torpemente, por lo que no fue bien captada esa furia por los fans. De acuerdo, este disco también posee rolas de relleno, como “Dirty Window” la cual disfrutas en un principio pero después ya ni le haces caso, “My World” a la que le ocurre lo mismo, “Some Kind of Monster” que a veces llega a aburrir y “Purify” que saca de onda con ese extraño ritmo que lleva. Pero el resto de las canciones son metralla pura. “Frantic” es excelentísima, “St. Anger” con todo y que digan que suena a new metal, en realidad es una de las propuestas más honestas de la banda para este disco, “Shoot Me Again” y “Sweet Amber” son igualmente metal contenido pero expresado, “The Unnamed Feeling” suena más hardrockera pero también se disfruta. Pero nadie va a negar, y el que lo haga es u completo idiota, que las mejores rolas del disco son “Invisible Kid” y “All Within My Hands”, verdaderamente pesadas, rápidas, furiosas, y que dejaban más bien al heavy metal expresarse a través de sus instrumentos, que a ellos mismos; incluso el tipo de afinaciones para guitarra que usaron para componerlas se acerca, y acerca a las rolas mismas, a géneros como el Death melódico o al progresivo. En este álbum no hay nada de new metal sólo hay, como lo he dicho antes un cambio de estilo, para bien, propio y característico de la historia de Metallica. Sólo por ello el disco es mejor que el “...And Justice”. Y quien opine lo contrario, a las pruebas me remito.

Casi terminamos en esta lista y análisis de los discos de Metallica, del peor al mejor, y llegamos a un verdadero clásico en el segundo lugar. Aunque hecho a las carreras y con un sonido ochentero, o sea, muy viejo, el disco muestra lo que podía, en su momento, mostrar la banda, y expresar a través del género, del thrash más en específico. KILL’EM ALL, de 1983, representa el clásico de clásicos para el fan del thrash, pero no para el fan de Metallica. En materia de composición, resulta ser tan precipitado como el proceso de su creación, motivo por el cual figuran entre los créditos antiguos miembros que fueron corridos por el dúo dinámico y naciente para esos tiempos. La influencia del punk se nota claramente en “Hit the Lights”. “Whiplash” y “Metal Militia”, mientras que ya se puede percibir la originalidad naciente que la banda habría de demostrar en años posteriores, en rolas como “The Four Horsemen”, “No Remorse” y “Seek & Destroy”, esta última la mejor del disco, seguida por “Anesthesia (Pulling Teeth)” compuesta e interpretada por el cadavérico Cliff Burton, en una sola toma, sin interrupciones ni equivocaciones. Otras rolas thrasheras muy buenas, pero que no pasarían a más en posteriores épocas son “Motorbreath”, “Phantom Lord” y “Jump in the Fire”. Este es, además, el primer disco que, asombrosamente, no contiene rolas de relleno, y gracias a ello resulta ser su primer gran logro en su ya larga trayectoria, y el segundo mejor disco de Metallica.


Pero hemos llegado ya al número uno, el mejor disco en la carrera de Metallica, y el mejor álbum en toda la historia de l Heavy Metal, el disco por el cual yo sí escribiría una tesis de 500 páginas o más; el disco que sigue sonando tan actual dentro del underground metálico, y metallico, que merece ser reconocido por todos en el mundo. El disco que, impresionante y excelentemente, carece de rolas de relleno y en el que todas las canciones se disfrutan y al llegar el final del disco, simplemente lo vuelves a iniciar. El disco es perfecto desde la primera nota de la primer rola, hasta la última nota de la última rola. Este disco lleva consigo también el espíritu de colaboración en su composición, aunque sea solo en algunos momentos ¿Cómo evadir que la mejor rola del disco, la que le da el nombre al mismo, y la que los hará inmortales por toda la eternidad en el ámbito musical, haya sido compuesta por los cuatro componentes de la primer alineación clásica de la banda? ¿O cómo olvidar que la rola instrumental del disco haya sido escrita por el único genio musical que ha transitado en la vida de Metallica, Cliff Burton, junto con el dúo Hetfield y Ulrich?

¿O cómo olvidar esa portada clásica en un rojo sangre con cruces y el logotipo de la banda en el cielo, gigante, que anuncia fielmente que algo inesperado, pero excelso e impresionante, que está a punto de entrar para siempre no sólo en tu sistema nervioso, sino en toda tu alma? Ocho rolas, sólo ocho, sirvieron para poner a la banda tan en alto, que ni ellos mismos han logrado volver a llegar tan alto en cuestión musical dentro del heavy metal. A pesar de que sean optimistas con respecto a su nuevo disco para este año, jamás habrá un disco igual o similar a este clásico. Yo no sé por qué, en Gringolandia, o donde haya sido, son tan idiotas como para mandar al espacio la música de los Beatles, para que los extraterrestres la oyeran; con razón nunca han contactado a la raza humana. En cambio, Yo habría enviado este disco al espacio, no sólo la música sino también si trabajo artístico, que a pesar de ser muy poco, es bastante sobrio y disfrutable, y les apuesto a que habríamos tenido ya a una o dos razas alienígenas tocando la puerta, aunque sea para hacer la guerra, pero algo es algo pues. Del año 1986, MASTER OF PUPPETS no deja de pasar de moda para todo buen fanático del heavy metal en general y para todo buen fan de Metallica. A este disco habría puesto yo en primer lugar, y a Slayer en segundo, en esa lista de los 50 mejores álbumes del grind underground de todos los tiempos, pro en fin nadie es perfecto, y menos esa excelente revista. Para comentar las ocho rolas de este disco trataré de describir no sólo lo que representan, sino lo que siento por cada una de ellas, por medio de la primer palabra que se me venga a la mente mientras la menciono. Así pues tenemos: “Battery”: atronadora, “Master of Puppets”: magistral, “The Thing That Should Not Be”: aterradora, “Welcome Home (Sanitarium)”: emotiva, “Disposable Heroes”: bélica, “Lepper Mesiah”: grandilocuente, “Orion”: épica, “Damage Inc.”: electrizante. Este álbum es verdaderamente una raíz o una vertiente para todo el género underground del heavy metal, este disco es la semilla de géneros como el Black o el Death (y si no me creen, consíganse los tributos black y Death a Metallica, escuchen las rolas del MASTERS OF PUPPETS, y después traten de pensar ambos géneros si no hubiera existido este disco, o de plano imagínense a James cantar como George “Corpsegrinder” Fischer, de Cannibal Corpse, cada una de las ocho rolas y verán que lo que digo es cierto), y es además un disco insuperable para cualquier músico enfocado en el heavy metal. Este disco ya no pertenece a ningún género, ya no es thrash en sentido estricto, pero es y será por siempre Heavy Metal; es tan pesado y melódico, pero a su vez brutal y extremo, que se ha elevado más allá de cualquier categoría o género y subgénero dentro del Heavy Metal, que se ha vuelto el álbum representativo. Decir MASTER OF PUPPETS (como álbum) es decir EL ÁLBUM DEL HEAVY METAL. Tengo que advertir y agregar que este fue el segundo álbum de Metallica que obtuve (aunque en cassette, pero original desde luego), y desde entonces no ha salido de mi alma, y jamás lo hará. El disco es referencia para cualquier banda, desde el hard rock hasta el brutal Death metal, pasando por el progresivo e incluso el propio thrash. Sin este álbum, creo que muchos de nosotros habríamos sido muy infelices, sin embargo, son rolas que muchos de nosotros habrías deseado haber compuesto. El año de su salida le propició ser el álbum más valioso de todos los tiempos, y el haber hecho historia; mientras que la trayectoria de Metallica lo ha vuelto un faro para todo aquel que desea sentirse a gusto no sólo con el género o con la música, sino también consigo mismo; y lo mismo les ocurre a los miembros de Metallica. Este disco es, para concluir, y sin duda alguna de inspiración mítica, y a ningún otro se le habría ocurrido, sólo a Metallica, al Metallica que se fue y que ahora lucha por regresar y ocupar el trono que dejó vacío con vacilaciones, pero que se apropió gracias al Master of Puppets. Y Metallica, gracias al mismo, dejo de ser una marioneta más, para convertirse en el verdadero amo, tanto de sí como de toda la nueva dirección que inauguró para el Heavy Metal y que no ha dejado de pertenecerle. El MASTER OF PUPPETS es y será por siempre, para alegría o enojo de quien sea, el Amo de todo el Heavy Metal.

Conclusión: Con la salida de su nuevo disco, muy esperado por cierto, que lleva por título “Death Magnetic”, lo único que queda es esperar para ver qué más puede dar de sí misma la banda más importante de todos los tiempos, en el hard y el heavy. Su muy prometedor nuevo disco no sólo nos dirá cuál es la situación actual de Metallica, sino que también nos proporcionará una visión más clara de la dirección que pretende tomar nuevamente en el sendero del Metal. Con su nuevo álbum ya a la venta, y con la valiosa “Caja Magnética” también circulando ya por ahí, sólo hemos de limitarnos, nuevamente, y después de cinco años de larga espera, a ser otra vez los fanáticos de Metallica que disfrutamos de su inigualable música y estilo de tocar, que nos dejamos llevar por la potencia de sus riffs y la maestría de sus solos de guitarra, por las profundas e incisivas letras de sus canciones y por la energía que se despliega en sus conciertos (aunque sea sólo en video, que los podamos ver por el momento), antes que realizar conjeturas, juicios buenos o malos, o suposiciones sobre su status a la largo de su historia, en su presente inminente, su pasado arrollador y su esperanzador pero incierto futuro.

Y por el momento, lo único que podemos hacer por Metallica, para hacerles verdadera justicia, es esperar a que ellos nos expresen lo que les ha de ocurrir, lo que pasa por sus mentes, y lo que han de significar sus canciones y su estilo renovado, más potente y furioso; y dejarlos descansar en paz, en el buen sentido de la acepción, por supuesto.

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