Si nos paseamos por los pasillos de cierto establecimiento popular que vende para los finolis artículos varios, como aparatos electrónicos, restaurante, libros, discos y películas (todos muy caros y de muy mala calidad, refiriéndome con ello al nefasto montón de mala música o malos filmes que vende, o la lo pésimo de su comida y dulces, etc., etc., etc.) podemos encontrar en la sección de revistas, muchas de las, supuestamente, mejores revistas del género del rock pesado o del heavy metal. Todas esta revistas que se presentan en dicho establecimiento van desde las propiamente mexicanas, hasta las extranjeras, o desde las de habla hispana hasta las que están en inglés, que hacen gala de conocimiento en el género del heavy metal y que parecen justificar su precio no sólo por el hecho de tratar de un tema alternativo y poco conocido, sino también por aparecer en dicho establecimiento. Todas ellas están normalmente en un mismo rincón, y se agradece el que sean provistas en nuestro país, pero creo que debe haber una advertencia para los que nos encanta el género heavy metal y que nos especializamos en él. Mucho de lo que se encuentra ahí, a veces, no merece ni siquiera ser comprado, sino sólo ojeado y despreciado, pero hay más que requiere de mucho interés y atención de nuestra parte, sobre todo para saber más y mejor. Espero que esto sea la advertencia necesaria para quienes adoran, como yo, el género, y prefieren evitarse el coraje de leer una mala revista.
Será necesario, para ello, analizar cuáles y qué contenido o calidad tienen muchas de esas revistas. Primeramente, muchas de las revistas que presumen de grandes conocimientos, y ser puramente nacionales, no valen ni el hecho de ser publicadas. Como por ejemplo, la tal “Grita” que se basa sólo en bandas de emo-core, punk-core, y demás cores, que no deben ser considerados como metal, porque son sólo un montón de niños apantallables que hacen sus bandas para apantallar a más niños que desean tener pinta de malos. Otro ejemplo de estas feas revistas es la tal “Switch”, de la que ya he hablado mal, y con justa razón, en otros momentos pasados, ya que se basa en realizar malas reseñas de discos y de conciertos, reportajes de bandas muy obvias, es decir, de bandas de las que todo el mundo ya sabe mucho, y que por lo tanto son muy populares, tanto, que ya hartan. Si no me creen, les he de recordar que para las reseñas del Heavy Metal Circus de agosto del año pasado, o del mismo concierto de Amon Amarth, sólo se sintieron satisfechos con poner unas cuantas feas fotos de los mismos, sin más reseña que lo que el sujeto ignorante ponía sobre lo que sentía del concierto. Desde luego que todos sienten algo en un concierto de tal magnitud, pero lo que interesa es la información, mejor dicho, la buena información tanto para los que fueron como para los que no. De qué me sirve a mí saber que un concierto estuvo “muy chido y ruidoso” si prefiero saber el set list del concierto, conocer los detalles de la entrega de una banda a su público, y ver buenas fotos. Y lo mismo con las reseñas de los discos, no son objetivas, sino que sólo sirven para poner las opiniones del sujeto que reseña, cuando deseas saber datos de su producción y realización, y cuáles son las canciones más interesantes de dicho album. Sus reportajes de bandas son muy superficiales, y muchas de sus otras secciones alardean con temas sexuales que hartan o aburren, en el mejor de los casos. Incluso se anexan, a veces, en esa revista, un fanzine de nuevas bandas que no son de metal, sino de indie rock o, de plano, de puro pop rock pegajoso y burdo. O sus concursos para ganarte cosas chafas que regalan son prácticamente imposibles de ganar, y lo que dan muchas veces no es realmente interesante. No quiero continuar con esta revista porque sólo me quita tiempo y espacio, sólo concluyo de ella que, o bien, consíganse mejores colaboradores y equipo creativo, o bien, sáquenla del mercado. Ni mucho menos me detendré en la “Rolling Stone”, sea la edición que sea, que es la más prostituta de todas las revistas de música. Yo no sé realmente que ocurre con esas revistas ¿Por qué sólo a mí me son molestas?
Pero independientemente de estas dos revistas, hay, por lo menos en México, otras que intentan ser mejores a sí mismas en cada momento. Como por ejemplo la “Gótica” que no es propiamente de Heavy Metal, pero que en su género logra ser mejor y más clara y objetiva en sus reportajes, además de promover bandas nuevas y conciertos, y regalar periódicamente un CD interactivo con muy buena información y música. Hay otra, que sólo he ojeado un par de veces, la “Nocturnal” (y ni sé si realmente se escriba así su título, perdonen mi ignorancia por favor), que se dedica a ser una extensión de la anterior, y en el caso de Metal, sólo incluye Gothic metal o power, olvidando casi por completo lo mejor de lo mejor dentro del Metal: el Black y el Death. Otra revista de la que me enteré por ahí, y que no sé si salga aún y constantemente, es de una llamada “Wotan”, que también se enfoca en power o en Speed y thrash, pero soslaya el death y el black; aunque su propuesta e intención son muy buenas, creo que aún le falta mucho (la edición que yo leí estaba en blanco y negro, era muy corta y pequeña en cuestión de información, y costaba poco más de $40, lo cual significa que gastan mucho, ofreciendo poco). Pero hay otras revistas que, sin más comentarios, son algo decentes, aunque sean más de hard rock que de metal propiamente, no sé si siga saliendo la “RockStage” pero es muy buena en cierta medida, aunque sólo trataba de rock, y con muy, pero muy poca información de heavy metal del bueno. De “La Mosca” ni se diga, es buena, pero no se enfoca al Heavy Metal, y a veces fastidia con sus artículos pseudo – intelectualoides. La “R&R”, la verdad, es muy aburrida y también muy intelectualoide. Y otra revista, igual de Hard rock, o de rocanrolito, o de rock en español (que por cierto, a mí me desagrada mucho), que es regiomontana, llamada algo así como “Lengua”, que también da mucho qué desear, en cuestión de Heavy Metal.
¿Alguno recuerda la “Heavy Metal Subterráneo”? También era muy buena y con una propuesta digna, pero al parecer la revista ya no sale, o por lo menos yo ya no la he visto. Sólo pude conseguir un especial de Metallica, que ahora cumple como 10 años, pero logré hojear algunas de sus otras revistas, y era, en verdad, buena, enfocada sólo en el Black y el Death, con bandas tanto nacionales como internacionales, aunque lamentablemente no recuerdo más de ella, sólo que también era en blanco y negro y que la vendían en un establecimiento en el pasaje de Mixcoac, junto al mercado. De este breve repaso a las tan pocas revistas que pretendan, o deseemos nosotros, que traten de Heavy Metal, las únicas conclusiones necesarias son que hace falta una buena revista de Heavy Metal, enfocada principalmente en el Black y el Death, o que por lo menos las que existan mejoren su calidad; además de que en comparación internacional con otras revistas alrededor del mundo, y de las cuales tengo conocimiento, les hace falta mucho por se mejores o de igual calidad que ellas. Lo mejor que podrían hacer sería imitarlas, o conseguir la licencia de una de ellas para editarla en una versión nacional, pero si el heavy metal en México sigue siendo muy, pero muy underground, ¿quién las compraría? Yo, por lo menos, sí lo haría.
Si digo que las revistas extranjeras son mejores y merecen ser dignas de nuestra atención es por algo, créanme. Por eso, será necesario para por una revisión de las mismas, y sobre todo, de las principales que yo conozco. Aún siguen siendo mis favoritas las ediciones, española e inglesa, de la “Metal Hammer” (aunque la segunda, la inglesa, es de mucho mejor calidad que la primera, pero cuesta el triple que aquella, tal vez por el hecho de ser la original y no una versión, como lo es la española). La edición de España es buena en contenido tanto de su país como del exterior, por estar directamente vinculada con todo el movimiento europeo, a diferencia de las revistas gringas (de las que hablaré adelante) que se basan mucho en el mal heavy metal que hacen en su país. Las noticias son más frescas, la información es actual, y las entrevistas son inteligentes. Pero no puedo olvidar la ya clásica y muy memorable sección de La Zona Radical, que siempre ha sido para mí un faro musical, por las noticias y revisiones de bandas y discos que ella realiza. En esta revista, por el contrario de las malas revistas de aquí, sus críticas a discos son eso, críticas, no simples opiniones, y ponen el dedo en la llaga al declarar si un disco es bueno o malo, y citan algunas de las canciones respetables y de mejor calibre en un disco, o las que deben evitarse; y sus reportajes son más profundos y no tan superficiales, las revisiones de conciertos te hacen sentir que, en efecto, fuiste al concierto, y las fotos son de lo mejor, sus fotógrafos, si son profesionales. Recuerdo que tenían colaboradores en México, pero todos están tan dispersos, o ya ni existen, que es imposible saber de ellos en la actualidad.
Sin embargo, la edición inglesa es muy superior a cualquiera en todos los sentidos, contiene lo mismo que la española y más, sus reportajes son más amplios, sus críticas más abiertas, sus entrevistas más claras y objetivas, rectas y honradas, sus revisiones de conciertos son muy completas, y sus fotos, ni se diga, son las mejores, yo no sé si porque están muy cerca de la banda o porque tienen muy buenas cámaras fotográficas. Los Studio Report de cierta banda son muy detallados, al igual que los Road Report. El único inconveniente: su exorbitante precio que supera los $100 por ejemplar sencillo, y si posee algún disco gratis, cuesta, como mínimo unos $50 más. Aparte de esta joya del heavy metal hecha revista, hay otras revistas extranjeras, tanto en versiones hispanas, como las originales mismas, como la “Rock Hard”, también con muy buenas secciones e información de todas las bandas y países, buenas e imparciales críticas, buenas entrevistas, etc. Lo mismo le ocurren a “Kerrang” o “Heavy Rock”, aunque esta última es menos enfocada al metal más extremo, como su nombre lo sugiere. Recuerdo también una muy buena, aunque también creo que ya desapareció, la “Black Light”, enfocada principalmente en el Black y el Death metal , con muy buenos reportajes oscuros y críticas sin piedad, como ellos mismos sostenían; excelentes revisiones de conciertos, artículos sobre paganismo y cosas diabólicas o personajes oscuros, y hasta una sección de tablaturas. Y todas ellas, como ya lo he mencionado, regalan (o regalaban) CDs con buenas bandas, a veces interactivos y con videos, muy buenos pósters, y hasta estampitas, o como ellos les llaman, stickers.
Otra revista en inglés, es la “Revolver”, que tiene buenos puntos a su favor, pero también en contra. Es una especie de “grita” pero en su versión norteamericana. Como por ejemplo, son muy divertidas las secciones de preguntas a Cristina Scabbia de Lacuna Coil, y las criticas de discos son muy completas, pero las bandas de las que hacen reportajes o entrevistas son muy gringas, es decir, son puro core norteamericano que nos quieren hacer pasar por verdadero Heavy Metal, son sólo niños malos que gritan o berrean en lugar de cantar elegantemente, o sea, de acuerdo con los mejores géneros del heavy (black y death),y que usan afinaciones muy bajas para sonar pesados en sus discos, pero no hay realmente una verdadera propuesta musical en ellos. La mayoría de las “nuevas” bandas que allí salen son, en realidad, imitaciones de peores bandas, como Mudvayne y Slipknot.
Pero lo peor de todo es que, todas las revistas en inglés del género Heavy Metal, están plagadas de propaganda y anuncios publicitarios en sus páginas, sean instrumentos musicales o ropa o discos, que antes de informar, caen gordas; es muy molesto que estás leyendo un reportaje y en lugar de encontrarte en la siguiente página la continuación, te encuentras a un bruto que seguramente no sabe tocar el tesoro de guitarra que tienen entre manos y que nos está mostrando. Es el mismo defecto que tiene la “Metal Hammer” inglesa.
De que hay revistas del género, las hay, pero de que las hay buenas, o excelentes, sólo pocas, y de que las hay tales en español, casi ninguna, o de que las haya en México, nada de nada. También, es pesado y utópico tener una revista perfecta del género, pero soñar no cuesta nada. Además, nada cuesta con pedir o seguir buscando. La revista perfecta sería en realidad recortes de todas las revistas que anteriormente he mencionado, hechas una sola. Pero en México – Tenochtitlan lo que se le ofrece al público siempre es de mala calidad, sobre todo en cuestión de tópicos y temas comunes para todos, sean del género que sean, o sea tanto populares como extremos y alternativos. El género que a todos nosotros nos gusta no se escapa de ello, queda envuelto en los placeres mundanos de lo mediático y complaciente porque nadie sirve para arreglar lo que le gusta (excepto unos pocos, entre los cuales me incluyo), y con ello, lo único que nos queda es conformarnos con el único medio al alcance de todos, por su gratuidad, que no por ello no es, del mismo modo, mediático y complaciente: el Internet. Siquiera este medio puede servir para hacer una revista virtual con muy buen contenido, pero sólo queda esperar. Y por lo menos que mi blog sea una revista virtual para todos los que gusten, de los géneros más atronadores del Heavy Metal: como son el Black y el Death, aunque no pueda ofrecer mucho de lo que yo quisiera. Aunque espero, por mi parte, fomentar, con este blog, un apoyo, por lo menos moral, o un avance o germen, a una revista del género, que sea honesta, profunda y amplia. Con todo ello sólo me queda preguntar: ¿Y dónde está una buena revista, en México, de Black y Death Metal?
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