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METALLICA VS. AMON AMARTH parte 4: las reseñas.

by Lord Teoretic on Nov.22, 2009, under ,



VERSUS




Antes de comenzar, quisiera expresar un poco del contexto que me ha llevado a realizar esta dura batalla entre METALLICA Y AMON AMARTH. Primeramente, entre otras pocas bandas más, estas dos son las de mayor influencia para mí ya que han dejado una impresión muy grande en mí alma, corazón y pensamientos, por lo que es para mí muy difícil soslayar el significativo hecho de la salida de sus nuevos álbumes para este año. El que ambas bandas decidieran sacar sus nuevas producciones el mismo año, y más aún, el mismo mes, me llevó a pensar que sería bastante justo poner a ambos colosos del Heavy Metal Extremo, en una contienda sin precedentes. Motivo por el cual, un 20 de septiembre, a un mes después de mi cumpleaños (y con efectivo que fue también un regalo para mí de ese día), decidí encargar en un Tower Records (el de Altavista, para ser exactos), ambos discos en ediciones especiales para poder disfrutarlos más plenamente, y antes que nadie. Diez días después tuve ya en mis propias manos ambos discos, y no esperaba más por poder palpar su música y arte. La emoción que me sobrecogía por escuchar su nuevo material fue, en cierta forma, indescriptible, y también sin diferencia alguna entre una banda y otra, quería ya comprender y aprehender sus nuevas propuestas. Pero al escuchar sus nuevas rolas, hubo, ahora sí, ya ciertas discrepancias entre un álbum y otro, pues si bien uno de ellos me resulto bastante fácil de escuchar por su sencilla, pero muy excelsa propuesta, el otro me llevó más tiempo captarlo y conocerlo en su propia esencia porque su trama y estructura resulto ser más complicada de lo que habría pensado (más adelante sabrán a qué me refiero con ello al respecto de cada álbum). Pero después de todo, a pesar de la aparente simplicidad de uno y de la aparente complejidad del otro, pude analizarlos a la perfección y comprenderlos en sí y para sí mismos, teniendo ya la suficiente información y reflexión de ambos como para poder hacer ya mi propia reseña, profunda e inteligente, sobre los dos mejores álbumes salidos este año (A este respecto, les agradecería si no me reprochan el hecho de que puede haber más y mejores discos en este 2008, ya que en este mismo año he estado un poco más limitado que el anterior, tanto de recursos como de atención, para enterarme acerca de otras bandas y otros discos; ni mucho menos me digan que uno de ellos fue el nuevo de Opeth, que es un disco bastante flojo). Hace poco escuché a Lars decir de su disco que está constituido por “Nine epics & a song”, es decir “Nueve épicas y una canción”, por lo que más que cualquier otra cosa, el objetivo de esta contienda es, por encima de señalar a ambos discos como buenos o malos, saber sí ambos cumplen con esa, ya muy elevada y extraordinaria, cualidad de ser verdaderamente discos épicos. Pues sin más que agregar, es hora de que comience la batalla.
A decir verdad, no sé por cual álbum empezar, si por el más sencillo o por el más complicado, o alfabéticamente, o por el que se me venga primero a la mente, o por el cual tenga yo más reflexiones e información. Para solucionar dicho conflicto, tendré que hacer algo especial y distinto, comenzar por el álbum que, en estos momentos en que estoy aquí en mi computadora escribiendo esta crónica, no estoy escuchando, y dejar para segundo momento el álbum que sí estoy escuchando ahora mismo. Solucionado el problema, es hora de continuar.


AMON AMARTH comienza la contienda dando verdaderos golpes mortales. “TWILIGHT OF THE THUNDER GOD”, producido nuevamente por Jens Bogren, junto con la banda, en los estudios Fascination Street, de Örebro, Suecia, resulta ser un disco verdaderamente brutal. No es tanto una continuación del anterior disco, sino más bien es la continuación exitosa de toda su trayectoria, es el álbum que festeja los 10 años de trayectoria discográfica de la banda, por lo cual mereció una edición especial, al igual que un trato, igualmente especial, de parte de los admiradores y especialistas. El disco resulta ser una verdadera sorpresa desde su propio diseño artístico hasta su disco extra en DVD. La portada con Thor peleando contra la serpiente Midgard, resulta ya bastante profética, lo que nos espera con este álbum es un itinerario de una cruenta batalla narrada en rolas de lo más brutales y extremas que se han hecho dentro del Death Metal melódico, o del Viking Metal. Necesariamente, y antes de continuar, tengo que catalogar a este disco como verdaderamente épico. El álbum debería tener una pequeña advertencia en la portada, así como esas que anuncian un contenido explícito, que señale algo así como lo siguiente: “Advertencia pariental: ¡¡¡CONTENIDO ÉPICO!!!” porque todas las rolas que conforman este disco son altamente legendarias y gloriosas. Cada una de las canciones nos transporta a batallas incontenibles entre hombres y dioses con sus respectivos enemigos.
El concepto filosófico que esta vez impera en todo el álbum, es el del ocaso guerrero vikingo. Un hombre, sea héroe o soldado, y un dios guerrero, sólo demuestran lo que son y de lo que están hechos si combaten hasta la muerte con sus más profundos temores. En ese sentido, la portada resulta ser bastante simbólica, Thor pelea con la serpiente, el monstruo que le muestra en los ojos, el destino que le aguarda al Dios del Trueno, su propio crepúsculo y declive. El Dios de las más grandes proezas se enfrenta, más que a un monstruo ajeno a su vida, con su propio destino, y lo que este álbum se encarga de exponernos es el desarrollo de dicha batalla entre lo más fuerte y poderoso de sí mismo, contra todo aquello que puede hacer flaquear la fortaleza de espíritu, pero que, al mismo tiempo, la puede hacer aún más poderosa, dependiendo de los resultados de la batalla misma.


En tal caso, el disco comienza narrándonos los preparativos de dicha pelea, con Thor cabalgando hacia su propio destino en el Ragnarök, con la rola que le da título e inicio a todo el álbum. “Twilight of the Thunder God” resulta ser una de las mejores rolas del álbum, tanto por su contenido épico, como por su sentido mitológico. Cuenta con la participación de Roope Latvala, de Children of Bodom, en un solo magistral que asciende a la rola y a su tema al clímax de toda la canción, justo al momento en que Thor mismo se eleva hacia la batalla. Esta canción es además, el primer sencillo de todo el álbum, mostrando con ello que la rola está por encima del nivel de cualquier otra, y digna de considerarse ya un clásico dentro de todo su repertorio. A esta épica, le sigue otra, que trata acerca del sacrificio voluntario de un guerrero en batalla, “Free Will Sacrifice”, que demuestra la maestría en el manejo del Death Metal que posee la banda a estas alturas, delineando a la perfección el concepto que gobierna todo el álbum. Por otro lado, “Guardians of Asgaard” es un verdadero himno de batalla, coreado por el mismo ejército de Odín, rumbo a la victoria, cuenta también con una colaboración, Johan Hegg y Lars – Göran Petrov, vocalista de Entombed, a dúo musical, dos guerreros que cantan con verdadero sentimiento bélico. Además cuenta con un solo del propio Johan Söderberg, el cual llega hasta el alma por su exaltación, como muestra de la evolución musical de la banda en conjunto, al componer sus rolas entre todos y dejando que todos los miembros tengan una participación activa en la composición y producción. Le sigue la rola más brutal de todo el álbum, “Where is Your God? ”, con una tendencia anticristiana, reprochándole a los vencidos la existencia del dios que los ha abandonado; el riff de esta rola sin duda te llega a la espina dorsal haciéndote mover vertiginosamente al compás de la canción. En contraste con ello, sigue “Varyags of Miklagaard”, la rola más suave del disco, pero no por ello menos pesada y satisfactoria, con una introducción tribal de percusiones por parte de Fredrik Andersson, un llamado folklórico de las huestes nórdicas; es una especie de continuación de “Pursuit of Vikings” o de “Gods of War Arise”, es además la rola que mantiene una cierta relación con la melodía antes presentada por la banda, en otros álbumes. Sin embargo, el sendero bélico y conceptual de todo el álbum, regresa con “Tattered Banners And Bloody Flags”, rola proveniente del mismísimo inframundo nórdico, y que te transporta a la marcha hacia la guerra de los cadáveres al servicio del traidor Loki, en contra de su propia raza, comenzando el inminente Ragnarök. Pero “No Fear For the Setting Sun” deja aun lado las tendencias más oscuras del estilo musical, y nos lleva a un ritmo más luminoso en batalla, el riff de esta rola es de los mejores del álbum, junto al solo de guitarra, interpretado nuevamente Johan Söderberg, y con la más entusiasta voz de Johan Hegg, en todo el momento. “The Hero” es una rola dramática, que cuenta con la temática de la muerte de un hombre considerado héroe por unos, pero un mercenario por otros, ya el mismo héroe a lo largo de la canción reclama no sentir lástima por él, pues es un hombre que merece su porvenir; lenta, pero brutal, así es la secuencia de esta rola, igualmente de proporciones épicas exacerbadas. “Live For The Kill” es la rola más conmovedora e impresionante, que describe una fuerza imparable, con el bajo dando a todo lo que da, por parte del buen Ted Lundström, y la guitarra de Olli Mikkonen en un riff de entrada muy guitarrero, además de la colaboración de Apocalyptica en las cuerdas, casi al final de la rola, e inmediatamente después del solo de guitarra. Si algunos piensan que la participación de la banda, más bien fresona, de Apocalyptica (para ser sincero, a mí esta banda de cellistas no me gusta mucho pese a que tienen buenas composiciones e interpretaciones), desvirtúa el trabajo de AMON AMARTH en esta rola, están totalmente equivocados, lo que en realidad ocurre es que se realza la canción a un terreno insospechado: no deja de ser salvaje, pero tiene más sentimiento al ser ejecutada. El álbum cierra con broche de oro, toda su épica y mitológica desplegada musicalmente en el terreno extremo, con “Embrace of the Endless Ocean”, que narra la partida de Thor hacia nuevos horizontes bélicos y de aprendizaje, internándose en el basto océano (ciertas reminiscencias a Quetzalcoatl), después de su ocaso en batalla, lo cual resulta ser bastante simbólico mientras un ritmo lento e hipnótico se apodera de nuestros sentidos, ya que la partida de Thor significa su propia muerte y su tránsito a otra vida, justo como cualquier guerrero. El disco no decepciona ni desde el primer momento, ni hasta el último, deja un muy buen sabor después de escucharlo, y lo menos que se puede hacer, es volver a reproducirlo; sus riffs no te abandonan una vez que los escuchas y su temática te envuelve por completo, al escuchar este disco te vuelves partícipe de lo que narra temáticamente, y expresa musicalmente.
Este es el disco que más fácil me ha resultado escucharlo (de los dos en cuestión) y ponerle atención, y cada que lo escucho le encuentro algo verdaderamente nuevo, debido a la sencillez y honestidad de su propuesta y estilo. En efecto, es más variado que anteriores discos, sobre todo por las colaboraciones, muy buenas por cierto, con las que cuenta. Pero esta variedad no suaviza el género y concepto musical de AMON AMARTH, por el contrario, lo refuerza y lo hace aún más potente, brutal y pesado, un verdadero ejemplo de brutalidad heavymetalera en lo que va del año, y dentro del terreno, aún underground del Death Metal en general, y del melódico. Considero además que, en cuestión artística, el álbum posee la mejor portada de todas las de sus anteriores discos, y lo mismo pienso de todo el diseño gráfico y artístico de todo el álbum, el folleto es el que más fotos en vivo tiene, de la banda, en la presentación exclusiva de cada miembro. El DVD extra, con la banda en vivo, desde el festival “Summer Breeze”, de 2007, lo único que hace es encuadrar la potencia que tiene la banda en el escenario, contando con la emblemática ejecución de las mejores rolas de su anterior disco, y con un escenario de lujo con un auténtico drakkar, una empalizada custodiada por vikingos armados y mucho fuego en vivo. Lamentablemente aún no consigo la edición especialísima con memorabilia, pero la verdad aún tengo muchas ganas de poseerla y palparla con mis propios sentidos físicos y espirituales, espero (y más aún, lo decreto) que eso llegue a suceder. Cabe mencionar que las rolas de este álbum, al igual que todas las demás de su repertorio, están compuestas en afinación de B (ya saben, pues, B, E, A, D F#, B), lo cual ha de contrastar con la composición del siguiente disco a tratar.
Para concluir esta parte, recuerdo cómo, después del concierto de AMON AMARTH, el 10 de agosto de 2007, le decía yo a mi novia que después del toquín esperaba ya con ansia un nuevo disco de la banda, porque lo que estos suecos nos hacen a nosotros los fans, es dejarnos siempre con ganas de más, en el buen sentido de la acepción. Aunque también, cuando me enteré de su nueva producción, me pregunté lo siguiente ¿Por qué sacan otro disco, si el anterior es lo bastante bueno como para no dejarnos descansar los oídos por un buen rato? Y rápidamente me imagine la respuesta que daría la banda: “Lo hacemos justamente para eso, para no dejarte descansar los malditos oídos y apoderarnos de todos tus sentidos mientras escuchas nuestra música. No te será, por ello, fácil deshacerte de nosotros”. Este álbum lo considero ya como el tercer mejor disco de AMON AMARTH, en un sentido cronológico, porque está a la altura de los otros dos mejores en toda su carrera. Una verdadera joya, que se estima aún más conforme la vas apreciando día a día, motivo por el cual este álbum cumple verdaderamente con ese apelativo de “nine epics & a song”, a la perfección. Pero, ante ello ¿cuál es la “song” de este álbum si todas son más bien “epics”?



METALLICA, ante todo este despliegue de supremacía heavymetalera, no hace más que resistir pacientemente antes de dar un solo golpe, como analizando la situación para saber cuándo ocasionar una verdadera colisión aniquiladora. Es una verdadera sorpresa que una banda, que marcó sus inicios musicales creando rolas verdaderamente pesadas con una afinación Standard (E, A, D, G, B, E) ahora muy desgastada, pero que al pasar el tiempo, y como motivo de experimentación, hayan probado una afinación más baja (por medio paso, a saber Eb, Ab, Db, Gb, Bb, Eb, para el caso de los Load), e incluso se hayan aventurado con afinaciones al estilo new metal para los menos observadores, pero con un despliegue bastante extremo escondido (la muy oscura afinación en dropped C, o sea C, G, C, F, A, D, para el caso de ST. ANGER) si se tiene en cuenta que es una afinación para el Death metal más pesado. En fin, la sorpresa de este nuevo álbum suyo radica no tanto en la fortaleza de la banda como verdadera comunión de cuatro personajes muy distintos y variados al componer juntos todas las rolas, sino también en la creatividad al máximo que ha engendrado nuevas y excelentes canciones, en el ya muy desgastado tipo Standard de afinación, antes mencionado.
Este disco, según dicen por ahí, resulta ser verdaderamente oscuro, aunque en realidad se trata de un disco más bien potente, no tan lóbrego como se pudiera pensar, pero sí bastante apetecible y temible. Lo que ocurre con esta nueva producción de METALLICA es que se han vuelto a reinventar a sí mismos, y para bien. Producido por Rick Rubin totalmente, el álbum es todo excepto una gran decepción. Si se piensa que con este productor, la dirección musical de la banda gringa cambiaría a terrenos aún más engañosos y newmetaleros (debido, sobre todo, a la fama del productor con discos de new metal como Linkin Park, System of a Down, Slipknot, e incluso Red Hot Chilli Peppers y demás adefesios, que, en general, son las verdaderas decepciones). Lo que en realidad se muestra en este nuevo álbum es que su productor se ha dedicado sólo a eso, a sacarles el mejor sonido sin meter él mismo su cuchara en la creación musical, dejando que la banda se exprese a sí misma con los instrumentos de la forma no sólo en que querían, sino también en que lo necesitaban en demasía. El resultado de todo este desarrollo de recuperación de sí mismo es un disco de verdadero Heavy Metal elevado, aunque muy la estilo de METALLICA.
Ustedes disculparan si me pongo un poco hegeliano, pero la trayectoria de METALLICA, gracias a este “DEATH MAGNETIC”, nos da una perspectiva más abierta acerca del pasado y del presente de la banda, menos prejuiciosa y más apegada a la propuesta misma de la banda, musical y creativamente. Si bien la época inaugurada por el BLACK ALBUM, y seguida por LOAD y RELOAD, mostraba a la banda en su total y suprema alienación, en cierta forma, ST. ANGER demostraba que James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammet, y ¿por qué no? Rob Trujillo, volvían a pisar el terreno de su propio espíritu, como banda legendaria, para recuperarse a sí, en su totalidad, de una manera aún más enriquecida y expresiva que antes. “DEATH MAGNETIC” demuestra la verdad de todo ello, pues ahora muestra los verdaderos resultados de la recuperación de sí hacia un futuro, nuevamente, más prometedor que el que tenían, por ejemplo, ante sí a la salida de “...AND JUSTICE FOR ALL”. Aquí, con su nuevo disco, la banda muestra verdadera maestría al comprobar que aún tienen una capacidad creativa muy fresca y original, producto del nuevo dominio de sí que han logrado y del espíritu de colaboración ganado ya hace algunos años (aunque las líricas sean solamente de James, todas las rolas cuentan en sus créditos con los nombres de todos los cuatro miembros de la banda).


Antes de continuar he de relatar algo curioso acerca de la edición del disco aquí, en México, y en Estados Unidos. El disco que está circulando comúnmente en todo México, es una fea edición con empaque de plástico, nacional (nada personal con lo nacional, por cierto), y que se está dejando a un precio más o menos accesible, por el simple hecho de que su calidad, en tanto disco físico, es bastante mala. El disco que está circulando en Estados Unidos (que es el que yo tengo), es mejor porque fue hecho bajo supervisión directa de la propia banda. Por supuesto que este disco no cuesta dulces, tiene su precio alto, sobre todo aquí en nuestro país, por el hecho de que se encarga a través de las tiendas discográficas oficiales y populares, que roban muchas veces, y te lo venden como importado aprecios verdaderamente ridículos. Sin embargo, creo que para este caso, vale la pena el gasto, ya que el disco en la edición gringa es una pequeña joya. Es, para empezar, en edición digipack, lo cual personaliza aún más un disco. La portada del disco, con el hoyo de una tumba vacía hecha con magnesio, está en relieve, lo que podríamos decir, inverso, como simulando el verdadero hoyo abismal de una fosa. Este relieve se forma con las hojas del folleto con las líricas y la portada misma de todo el disco, las hojas de dicho folleto están cortadas de manera que, cada que vas pasando entre una y otra, te adentra más al hoyo de la tumba de magnesio, hasta llegar a la silueta en forma de ataúd, mientras vas disfrutando de todo el trabajo artístico del disco, con fotos bastante espeluznantes y oscuras, hasta llegar a las fotos de los miembros de la banda, que ahora sí parecen verdadera banda de Heavy Metal. Mientras que la contra portada tiene el listado de rolas, con el nombre del productor, y, ahora sí, el hasta entonces olvidado logotipo de MetallicA, con la M y la A picudas y el nombre del álbum, en negro remarcado (aunque también se encuentra en la portada, junto al título del disco, en color gris, sólo que en una estampa pegada en la bolsa que cubre el disco).
Pero las cosas se complican al tratar de describir la música que conforma este trabajo artístico. Por más que lo pienso, aún no se les aplica el apelativo de épicas, a pesar de que las diez rolas sean de lo mejor de lo mejor entre todo el repertorio de METALLICA, compartiendo ya un lugar junto a las rolas del BLACK ALBUM o del MASTER OF PUPPETS, por ejemplo. Incluso han vuelto a hacer de las suyas al explayarse en cuestión de tiempo con las rolas, que oscilan entre los 5 y los 10 minutos. Los temas de estas rolas, pesadas, destructoras y magistrales, van desde las pesadillas, hasta la soledad, conflictos personales, vidas al máximo, búsquedas constantes, etc. Es decir, que los temas, a pesar de que sí se pueden interpretar como épicos y en cierto modo hasta deslumbrantes, por lo personal de su expresión, carecen de un buen acompañamiento de conceptos filosóficos, por lo menos evidente.
Confieso que la primera vez que lo escuche, capté sólo a la perfección unos cuantos temas, mientras que otras sólo las medio capte o me parecieron, en su momento, muy rebuscadas o menos honestas (por no decir malas), pero que ahora, con un poco más de experiencia y dominio al respecto, puedo comprender mejor y puedo decir, con cierto orgullo, que me gustan más y mejor que antes, y que prefiero por encima de otras rolas o discos de METALLICA, considerados popularmente como éxitos (El disco negro por ejemplo) ¡Si el verdadero éxito está en comprender, en las propias rolas, el desarrollo en el que la banda gringa se ha visto envuelta durante todos estos años! Y la expresión de dichas rolas es bastante loable, tanto para con la banda que las ejecuta como para con el fan que las escucha. Para comenzar ya con el análisis de las rolas tenemos, en primer lugar y abriendo el gran despliegue de fuerza de todo el disco, “That Was Just Your Life” con la introducción de un corazón que comienza a despertar hacia la furia total de la evolución musical de la banda, y que se desarrolla en un ritmo verdaderamente veloz y activo, si bien parece hecha por cualquier banda de Black o Death metal, pero compuesta hora por los propios METALLICA, lo cual le da un matiz algo más propio (en esta y otras rolas más de este disco, bien se puede escuchar una voz gutural cantando en lugar de los rugidos de James, con un poco de imaginación, y se podrán dar cuenta de lo que les digo); con un James Hetfield cantando a viva voz, de manera más elegante y magistral que antes, producto de su gran experiencia (lo cual se refleja a lo largo de todo el disco), y además la batería de Lars Ulrich, que acomoda perfectamente al ritmo (aunque a pesar de ello, es el gran defecto de todo el disco, ya que la batería muchas veces se muestra por debajo del nivel de los demás instrumentos, como queriendo alcanzar la velocidad de los mismos sin lograrlo ¡Si ese Lars debería volver a tomar cursos de batería! O tal vez su edad y sus ganas ya no le dan para tanto), con un bajo, a cargo del buen Rob Trujillo, que resulta ser más pesado de cuantos ha habido en METALLICA (que esta vez sí se escucha y se disfruta a lo largo de todo el disco), y nuevamente solos de guitarra, actualizados y más rápidos que en los últimos años, gracias a la maestría de Kirk Hammet (otro de los grandes aciertos en todo el disco). Le sigue “The End of The Line”, una especie de segunda parte de la “New Song” (llamada, para mayor comodidad, “Set Me Free”) que se disfruta cada vez más cuando se le escucha constantemente, pero que cuenta con ligeras reminiscencias a lo hecho en su anterior producción, de hace cinco años (por ejemplo, la parte previa al verso suena a “Some Kind of Monster”, mientras que la parte de las guitarras, más adelante en la canción, después del coro, suena a “Sweet Amber”), sólo que, podríamos decir, corregida y aumentada. “Broken, Beat & Scarred” es una rola que en un principio me parecía confusa, pero que mientras más la escucho me acerca al concepto musical de la banda en la actualidad, un especie de inicio normal, con una posterior explosión musical que desconcierta a los sentidos, en tanto los encanta. Otra rola, en un principio confusa, pero más agradable y heavymetalera conforme se le va escuchando, es el primer sencillo del álbum, “The Day That Never Comes”, y que se encarga de introducirle a todo el álbum un cierto dramatismo y enternecimiento, comenzando con un ritmo lento que llega al corazón, y que conforme avanza se pone aún más fuerte, rápida y feroz; cuenta además con los mejores solos en conjunto, de James y Kirk; aunque simula ser una mezcla entre “Fade To Black” al inicio, “Bleeding Me” a la mitad, y “One” al final, definitivamente pasa la prueba. Otra de las rolas furiosas del disco, agresiva y tal vez la más brutal, también como para una banda Death o Black, es “All Nightmare Long”, con unos cambios de ritmo inesperados e impresionantes, que demuestra además que la banda aún posee un gran nivel compositivo, y competitivo, en cuanto a rolas fuertes y brutales se refiere, en ella James canta ferozmente como cazando algo (¡A caray! Eso sonó a comercial), mientras que el bajo y los solos de esta rola, colocan a la banda en el trono que habían dejado vacío tiempo atrás. “Cyanide” es una rola en la que impera el bajo por encima de cualquier otro instrumento, dando la pauta para los cambios, para los solos e incluso para la misma voz, tanto esta rola como la anterior, me encantaron desde la primera vez que las escuché, pues son rolas totalmente metaleras, por encima de cualquier estilo o subgénero, dentro del propio Heavy Metal. ¡Pura Metralla Metallica! Aunque el bajón prematuro se hace sentir con una rola que, también en un principio, me parecía bastante confusa, tanto por la letra como por la música, sin embargo, conforme ha pasado el tiempo y la escucho, creo que es mejor que sus dos predecesoras (hasta más que la detestable “Nothing Else Matters”); “The Unforgiven III” con todo y que es una rola lenta y que rompe en cierta forma con la secuencia de ritmos veloces y frenéticos que hasta el momento llevaba el disco, resulta ser verdaderamente épica (¡Ups!, se me salió sin querer la palabra), por el crecimiento del ritmo a mayor velocidad y mayores elementos musicales, incluso en el fondo se puede escuchar una orquestación, de la propia rola. “The Judas Kiss” es una rola que deja con un muy buen sabor de boca (aunque hay una parte de la canción que me recuerda, espero me perdonen por lo que voy a decir, a Garbage en la canción “You Drive Me Crazy”), aunque aquí es donde más muestra la batería el poco nivel que tiene, arriesgando a la rola al intentar estropearla con el ritmo mal marcado y seguido por ese instrumento, afortunadamente, los otros instrumentos y la propia producción lograron levantar la canción; la voz de James me recuerda, en cierta forma, lo hecho por él mismo en los Load (lo bueno de dichos discos, desde luego) dándole más variación al tema. Para poder argumentar con cierta precisión el regreso a sus orígenes, no sólo en cuestión compositiva sino también creativa, la banda ha incluido un tema totalmente instrumental, “Suicide & Redemption”, tema de mayor duración en todo el disco, y que resulta ser un buen experimento de recuperación de elementos pasados, y pesados, con nuevas perspectivas; no posee el nivel de rolas instrumentales como “Orion” o “To Live Is To Die”, pero resulta bastante agradable a los oídos de quienes la escuchan, con cambios de ritmo inesperados y más pesados y veloces cada que avanza en tiempo la rola. El disco termina, redondeando todo este concepto de recuperación de elementos y del retorno a la agresividad y velocidad en las notas desplegadas a lo largo de dicho álbum, con una verdadera oda a la rapidez heavymetalera, “My Apocalypse”, la de menor duración en el disco, pero la más rápida y cañera del mismo, con James tocando y cantando a todo lo que da, junto a Kirk y Rob, y la batería de Lars a más no poder, en un pasaje de ritmos violentos, melódicos y suficientemente cargados de potencia que hacen menear la cabeza violentamente a lo largo de la rola misma. En realidad todo el disco resulta ser un verdadero homenaje al meneo de cabezas, añorado por mucho en una banda como METALLICA, desde los primeros segundos de la primer rola hasta los últimos segundos del último tema del disco. Nada decepcionante y sí muy digno de tener en cuenta por mucho tiempo (espero que no tanto, como el periodo entre este disco y el anterior), que nos deja con ganas de más música de la banda gringa. Y ahora que ya conocemos las rolas de su nuevo álbum, le pregunto al Ares en YouTube ¿De dónde se sacó esas rolas que decía eran las nuevas de METALLICA, y que puso a circular por Internet?


Para terminar, “DEATH MAGNETIC” es, pese a no sobrepasar a los otros dos discos que coloqué como primero y segundo lugar en mi reseña de discos de METALLICA, un excelente álbum, sorprendente, duro, agresivo, furioso (incluso más que ST. ANGER), y muy disfrutable. Por causa de este disco, ahora me arrepiento de haber pensado, alguna vez, en quitar mi póster gigante (cortesía de la Metal Hammer) de James Hetfield, vestido de negro, en el concierto con la sinfónica, con su clásica guitarra que tiene estampado el cráneo de un venado, y un alambre de púas que llega hasta el mástil de la guitarra, y con las púas señala los trastes significativos. Supongo que el póster permanecerá, gracias a este disco suyo, por un largo tiempo en la pared de mi habitación. Y otra cosa más, sí aún no las designo como épicas sino sólo como excelentes rolas (lo cual indica, aunque no lo parezca, una gran diferencia), de acuerdo con lo de “nine epics & a song”, que pretendo demostrar, con METALLICA, por el momento, nos atenemos más bien a algo así como “nine great songs & an epic”, entonces ¿cuál sería entonces la “epic” de todas las “great songs”?


Tampoco pude obtener la famosa “Magnetic Box” no ya porque no se pueda conseguir, sino por su exorbitante precio (que oscila entre los $4, 500 y los $5,000 según se pregunte donde se pregunte), que contiene mucha memorabilia, la mayoría bastante injustificada para mi gusto, y que comprueba el alto precio de la presea. En una foto en Internet pude ver que la famosa caja es, en su diseño, un tanto simple: un ataúd grande totalmente blanco, con el nombre de la banda y el título del disco al frente, pero no pude ver el contenido de la misma; si alguna vez se me presenta la oportunidad y si tengo el suficiente dinero para poder adquirirla, lo haré, créanme, tanto de ésta como de la de AMON AMARTH, y así abrir un nuevo capítulo en esta batalla clásica, de proporciones legendarias, entre ambas bandas, denominado “La Venganza de las Ediciones Especiales”.
A manera de conclusión de este artículo en mi blog, he de decir que, por el momento, me siento demasiado agotado a causa de esta reseñas como para dictar ahora mismo a un verdadero ganador. No tanto por el hecho de que sean bandas de estilos totalmente distintos, o por el hecho de que un disco sea más complejo que el otro, o porque siento también que esta batalla aún no ha terminado, sino que ha comenzado apenas, ni por la cuestión de lo épico, o de lo pesado, ni por alguna otra cosa más al respecto. Necesito pensar aún más en el ganador. Porque, con un análisis afondo como el que he realizado, lo que menos cuadra es una conclusión muy a la sazón, y precipitada. Como he dicho, necesito pensarlo un poco más. Y a pesar de que por el momento no me incline a favor de alguna de las bandas, creo que este movimiento ha sido un buen pretexto para tener en mente a METALLICA y AMON AMARTH, juntos por primera vez, en una especie de celebración heavymetalera entre una banda de antaño aún activa, original y promisoria, y otra con las mismas características, sólo que aún muy joven para los designios musicales de lo subterráneo. Aunque les prometo que pensaré seriamente en la cuestión de la victoria, y dar, por lo menos afines de este año, un ganador no tanto ya de la guerra de bandas, sino sólo tal vez de esta contienda. Por el momento, su opinión es la que cuenta.

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